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Este NO es un artículo más de Trabajo a Distancia

Se pretende desarrollar este artículo a partir de un título que sugiere ahondar en el tema – desgraciadamente en boga, provocado por la actual contingencia sanitaria – de trabajo a distancia, pero sobre todo con la intención de resaltar el impacto que tendrá en las organizaciones, una vez que se haya normalizado la situación de salud.

Se tendrá que iniciar a partir del entendimiento de que las organizaciones en su más simple naturaleza están formadas por dueños o inversionistas interesados en obtener un beneficio a partir del uso de ciertos recursos y por empleados encargados de desempeñar funciones operativas y administrativas que obtengan como resultado ese beneficio para los inversionistas a cambio de una retribución económica.

Por otro lado, variables como la globalización, la tecnología, el acceso a la información, las necesidades cambiantes en los mercados, la evolución de condiciones de trabajo, el nacimiento de nuevas generaciones con intereses particulares e incluso la velocidad de transmisión de nuevas enfermedades, ha traído a discutir el tema del trabajo a distancia, el cual debe ser abordado desde tres perspectivas diferentes: lo que las empresas necesitan ante una crisis, lo que las personas necesitan ante una crisis e incluso hacia un futuro cercano y la forma de encontrar soluciones que pueda satisfacer a ambas partes.

La empresa necesita sobrevivir y asegurar el regreso a la “normalidad”

En el entorno empresarial, hay una gran cantidad de empresas que crecieron con una generación de personas con roles claramente definidos y dando prioridad al valor del trabajo, por encima de cualquier otro valor. Por otro lado, existe una gran cantidad de empresas jóvenes donde su dirección entiende las prioridades de forma distinta, tratando de dar al trabajo el mismo peso que a otros valores.

Pero lo que es un común denominador es la crisis sanitaria que estamos viviendo y tanto empresas jóvenes como veteranas, chicas o grandes se han visto obligadas a enviar a sus colaboradores a sus casas para continuar trabajando a distancia y esto nos ha tomado a todos un poco con los dedos en la puerta.

Las necesidades inmediatas de las empresas es sobrevivir, plantear algunos escenarios con información relevante para tomar decisiones correctas e inmediatas, aplazar el desarrollo de proyectos no prioritarios y pensar en la forma de volver a arrancar una vez que la crisis haya pasado. Para todo esto, necesita de sus colaboradores clave, mismos que se encuentran trabajando a distancia, por lo que tendrá que implementar rápidamente un método efectivo para continuar colaborando y que posiblemente sea necesario mantenerlo así por tiempo indefinido.

Las personas ante una crisis y para el futuro cercano requieren de necesidades particulares

Antes de la crisis sanitaria, ya se venía orquestando de manera muy sería el trabajo a distancia, por una generación de gran empuje que nació entre finales de los años 80’s del siglo pasado y principios de este siglo, a la que podemos ubicar actualmente entre 20 y 30 años de edad. Esta generación, que comúnmente se le conoce como millennials, cuenta con rasgos específicos entre los que destacan la importancia de la ejecución de un trabajo valioso o significativo, la búsqueda de soluciones creativas a través de la tecnología, la necesidad de retroalimentación inmediata y la posibilidad de participar en esquemas colaborativos.

Como resultados de estas altas expectativas, el millennial tiende a desarrollar trayectorias profesionales más dinámicas y menos predecibles, pero no por eso el resultado de su trabajo deja de ser altamente valioso. Ante este reto, se empezó a poner en práctica una serie de soluciones flexibles que proporcionaban a este grupo generacional un entorno adecuado para desarrollar al máximo sus capacidades, motivar su compromiso y respetar sus valores personales.

Con la llegada de la contingencia sanitaria, la aplicación de estos esquemas flexibles se ha acelerado y es un hecho que el regreso a la supuesta normalidad se verá afectado por las experiencias que hoy las personas están viviendo. Alguien que actualmente está trabajando desde la comodidad de su hogar, que desde su punto de vista es un lugar de trabajo más práctico y que adicionalmente está logrando los objetivos y expectativas que se tienen de su trabajo, estará cuestionando la razón de tener que regresar a un entorno laboral tradicional.

Soluciones para satisfacer las necesidades de empresas y personas

En muchas empresas, sobre todo en las PYMES, la forma en que se ha tenido que hacer el trabajo a distancia ha sido un poco improvisada y ante la inminencia del impacto que tendrá, es necesario en primer lugar, asegurarse de que el trabajo desde casa se haga de la manera correcta con el seguimiento adecuado y se logren los objetivos que la empresa persigue. Habrá que terminar de moldear una forma de trabajo que se tuvo que lanzar, tal vez de manera incompleta, con la definición de políticas y procesos que regulen el trabajo a distancia, con la implantación de soluciones tecnológicas adecuadas para permitir la comunicación y colaboración entre los equipos de trabajo, los métodos de medición y sobre todo la forma de asegurar un respaldo y retroalimentación de las actividades realizadas a través de un liderazgo adaptado a estas circunstancias e incluso con soluciones de apoyo emocional en línea que pudieran ser consideradas ante la emergencia sanitaria que estamos enfrentando.

El protocolo básico de trabajo desde casa debe de contar con cuatro pasos fundamentales:

  1. Planeación: Evaluar la factibilidad del trabajo a distancia y ponerse de acuerdo (jefe y subordinado) acerca de las expectativas que se tienen del trabajo y asegurar los objetivos a cumplir.
  2. Organización: Esta es una actividad más personal que implica disciplina y profesionalismo, para ubicarse mentalmente en la jornada de trabajo y al mismo tiempo establecer comunicación con la familia y lograr su colaboración en el respeto por esta jornada.
  3. Medición: Establecer métodos de control de avance entre jefe y subordinado para mantenerse actualizados continuamente en el proceso de obtención de objetivos.
  4. Seguimiento: Realizar reuniones periódicas de manera personal y de grupo para revisar el trabajo realizado, asegurar la calidad de este y sobre todo establecer métodos de retroalimentación efectiva y oportuna.

La aplicación de este protocolo es fundamental, no solo para asegurar la continuidad operativa de la empresa, sino también para ir preparando la cultura que tendrá que ser adoptada y adaptada para un futuro de trabajo flexible, en donde la normalidad del trabajo como la conocíamos será otra.

En Altregy podemos ayudarte a implementar estas soluciones

Artículo desarrollado por:

Sergio Sandoval

Experiencia en Desarrollo Organizacional y Operaciones

Sr Manager en Altregy, experiencia a nivel mundial en Operaciones y Recursos Humanos.