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Resiliencia para los Negocios en Tiempos de Crisis: Lo que Las Mujeres Pueden Enseñarnos

Para paliar los efectos adversos que ha traído para los negocios esta crisis epidemiológica global, la resiliencia desarrollada por las mujeres históricamente, es fuente de aprendizajes relevantes que las organizaciones y sus líderes podrían estar aprovechando.

Todas las crisis son crudas, crueles. No piden opinión ni dan concesiones. Esta crisis en particular ha sido la peor (fuera de los conflictos bélicos de grandes proporciones) porque nos hizo entrar a todos de golpe, sin preguntarnos y sin invitación. Concentrándonos en el ámbito de los negocios (el impacto ha sido para la vida en general) y puntualizando con pesar al mencionarlo, largo ha resultado ya este proceso de supervivencia y adaptación para aquellas empresas o emprendimientos que han logrado persistir. Muchos negocios, desafortunadamente, han desaparecido como consecuencia del entorno adverso que la crisis ocasionada por la pandemia global ha generado, misma de la que aún no se tienen expectativas medianamente claras de cómo y cuándo terminará ni del impacto real que producirá en nuestras diversas realidades. En este sentido, dada la magnitud de la incertidumbre prevalente,
se anticipa un camino largo también para la recuperación, ya que, los responsables de los negocios, al no tener referencias documentadas sobre rumbos de acción efectivos en situaciones similares, porque esta crisis es sin precedentes, se han visto forzados a adaptar sus negocios sobre las bases de “sobrevivir a prueba y error y sentido común”.
 
Por otro lado, se vive también un ambiente de sobreinformación sobre recomendaciones de lo que los líderes de los negocios podrían hacer para adaptar sus empresas y sobrevivir esta crisis, información, nuevamente, con más buena voluntad que sustento dado que no se tienen referencias documentadas pero, aún con ese cúmulo de contribuciones, el desafío persiste para empresarios y emprendedores de cualquier tamaño de negocio, PyMEs o grandes empresas: sobrevivir, adaptar o transformar, estabilizar y eventualmente crecer en esta nueva normalidad.

Al hablar de estos desafíos, forzosamente se tiene que hablar del rol del líder, del responsable del negocio. La alta incertidumbre, desinformación, ansiedades propias (porque el líder también es ser humano) y colectivas (de su organización y su entorno) y el riesgo latente sobre la continuidad operativa de los negocios, requieren de alguien que establezca el rumbo a seguir, alguien que aporte el mínimo de certeza y seguridad para la supervivencia de la fuente de sustento propio y de todas las familias que integran su organización, en pocas palabras, de alguien que aporte la resiliencia. Definitivamente, el concepto que mejor describe lo que los 

negocios y sus líderes necesitan es resiliencia, la cual, en términos generales se define como la capacidad de sobreponerse a momentos y situaciones críticas. Sin embargo, hay que tener cuidado de no confundir resiliencia con demostraciones de poder en forma de autocracia y terquedad. Lejos está esto de ser resiliencia. La resiliencia bien entendida implica pensamiento estratégico, comunicación, persistencia, disciplina y colaboración. No se puede ganar la batalla de la supervivencia en soledad.

De esta reflexión sobre la situación actual y nueva realidad y la necesidad de resiliencia, surge la interrogante para los negocios y sus líderes: ¿dónde podemos encontrar referencias de resiliencia aplicables y sobre las que se pueda aprender para desarrollar esa capacidad de sobreponernos al entorno adverso de esta crisis? Para lo anterior, más allá de los ejemplos de heroísmo dramático que solemos encontrar en la historia, existe otra fuente de aprendizajes,
que me atrevería a calificar como más, o por lo menos, igual de valiosa porque está sustentada en años de adaptación y superación de retos constantes, de lucha para ganar espacios que por simple definición de ser humano le deberían de corresponder y de persistencia aún cuando las brechas y barreras en contra han sido enormes históricamente: La mujer.

No hay que buscar más lejos ejemplos de resiliencia. Ésta la ha forjado desde su posición, injustamente secundaria, de normas y formas de comportamiento que se le han impuesto históricamente a las mujeres, fuera de su consciencia o voluntad y que se han establecido como límites en su actuar y posibilidades, simplemente por tener una diferencia meramente biológica con los hombres, pero que las ha estereotipado hacia responsabilidades, supuestamente, de menor relevancia y que se podría pensar, erróneamente, que estas brechas son menos significativas en la actualidad, sin embargo la realidad es diferente. 

Sólo viendo algunos datos representativos (fuente: INEGI) de esto es suficiente para darnos cuenta del por qué hay mucho por aprenderles de resiliencia a las mujeres:

  • Las mujeres, que representan aproximadamente el 51% de la población en México, ocupan menos del 10% de los cargos de dirección de negocios.
  • Aún con reformas en temas de igualdad de participación de la mujer en política, los puestos de mando medio y superior dentro de los poderes del Estado Mexicano están ocupados principalmente por hombres en una proporción 70% hombres y 30% mujeres.
  • Aún persiste discriminación salarial en México. En promedio, las mujeres reciben salarios menores en un 15% que el de los hombres para el mismo puesto de trabajo, incluso teniendo la misma cualificación y laborando igual número de horas.
  • Con el fin de responder a las exigencias de trabajo no remunerado (labores domésticas y familia), las mujeres interrumpen con mucha mayor frecuencia su continuidad laboral remunerada (trabajo en empresas) que los hombres, lo cual trae repercusiones negativas en sus evaluaciones y en sus posibilidades de ascenso.
  • Desde la conceptualización muy reciente de trabajo remunerado y trabajo no remunerado (labores de hogar), la mujer distribuye su tiempo en una proporción de 36% en trabajo remunerado y restante 64% en trabajo no remunerado, mientras que para el hombre esa proporción es cerca del 70% para trabajo remunerado y sólo el 30% en trabajo no remunerado.
  • En la búsqueda de éxito en el campo laboral, las mujeres aplazan o desisten de eventos de vida relevantes (como formar una familia o tener hijos, las que por decisión propia lo tienen contemplado) con mayor frecuencia que los hombres, para quienes el conflicto trabajo/familia no es tan agudo.

Ante todas estas vicisitudes, las cuales no son ni mucho menos recientes y sin mencionar aún temas más críticos como la violencia sufrida en sus diversas manifestaciones, es que las mujeres, en su búsqueda continua de cerrar esta desigualdad de oportunidades entre hombres y mujeres, han desarrollado aprendizajes y prácticas de subsistencia, perseverancia, gestión y hasta innovación – resiliencia- disponibles como fuente de inspiración y referencia para todos aquellos líderes de negocios, con la actitud de aprendizaje, apertura, visión y aspiración de que sus negocios trasciendan.

Con el genuino interés de generar modelos y herramientas de utilidad, desde diversas ópticas y contribuir con todas aquellas personas que tienen y tendrán un rol preponderante, desempeñándose como líderes, para guiar y asistir a sus organizaciones a través de esta tormenta – supervivencia – y llevarlas a buen puerto – recuperación y estabilización de sus negocios y, por qué no, sensibilizar a los mismos hacia el potencial de contribución de valor que estamos desaprovechando en la capacidad de las mujeres, es así que en Altregy nos dimos a la tarea de tratar de recopilar lecciones aprendidas de éstas en su peregrinar hacia la igualdad, incluso en medio de la pandemia y traducirlas en referencias y lecciones aprendidas de resiliencia para los negocios. En esta línea, este período de pandemia – 6 meses – nos permitió levantar estas tendencias a través de un estudio que arrojó temas relevantes de cara a seguir haciendo frente a la crisis desde la óptica de la contribución de la mujer.

Finalmente, las conclusiones del estudio se presentan en forma de referencias para los negocios sobre dichas lecciones aprendidas de las mujeres y que las han hecho ejemplo de resiliencia. Es necesario destacar que no pretendemos, en lo más mínimo, restarles relevancia a tantos ejemplos de resiliencia desarrollados por hombres, ni mucho menos. El propósito fundamental es sumar a las fuentes de referencia de resiliencia y resaltar que juntos – mujeres y hombres – con toda seguridad podemos construir un camino menos tortuoso hacia la recuperación de los negocios y hacia la construcción de sociedades más igualitarias. 

En Altregy podemos ayudarte a enfrentar estos retos

Artículo desarrollado por:

Ahcotecaatl “Ahco” Vidales

Experiencia en Estrategia de Negocios, Mercadotecnia y Emprendimiento

Socio fundador y director de Altregy, responsable de la práctica de consultoría.