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¿Quieres controlar tu negocio? empieza por las Finanzas…
Las razones por las que una persona decide ser emprendedor y aventurarse en el interesante mundo del diseño y operación de un modelo de negocio a veces tienen que ver con las habilidades comerciales, el “oficio”, la experiencia o gusto que se tiene por dicho modelo de negocio. En el caso de que el emprendedor haya tenido éxito y logre integrar a sus hijos en la operación de la empresa, es posible que estas generaciones tengan el empuje y conocimientos necesarios para impulsar su crecimiento, de lo contrario y en el mejor de los casos, solo harán lo necesario para mantenerse en el mercado, sin ese impulso emprendedor.
Un emprendedor o director general conoce muy bien el mercado donde comercializa sus productos o servicios, conoce a su competencia, entiende que debe tener un diferenciador, conoce los detalles de su operación y continuamente busca formas de mejorar en temas de compras de materia prima o producto terminado, almacenaje, método de transformación, empaque, logística de entrega, etc. pero también necesita comprender conceptos básicos de finanzas para entender la forma en que se adquieren los activos de su empresa y la forma en que estos activos se vuelven altamente productivos.
Pero, en cualquier caso, hablar de finanzas en una pequeña o mediana empresa, puede generar sentimientos de rechazo o evasión, incluso para los mismos dueños del negocio. Parece suficiente contratar a un buen contador para que informe si el negocio está ganando dinero, entender el monto del que se puede disponer para cubrir las necesidades del empresario y estar al corriente de los impuestos que haya que pagar.
Delegar el análisis y el control financiero de la empresa en un tercero, puede frenar el impulso emprendedor que necesita un negocio o incluso hacer que desaparezca del todo.
En el lenguaje financiero, el empresario se enfrenta siempre a las mismas preguntas: ¿Cuánto posee la empresa?, ¿Cómo se encuentra la salud financiera?, ¿Cuáles son las fuentes de ingreso?, ¿Cuánto se debe a los acreedores?, ¿Cómo se gasta el dinero?, ¿Cuál es la situación de la depreciación acumulada? Estas preguntas están poco “aterrizadas” a la operación del negocio, provocando esa evasión y delegación de todos estos temas financieros en un tercero que es normalmente ajeno al negocio y en desconocimiento total de los desafíos operativos y comerciales que se puedan tener.
Por otro lado, si el manejo de las finanzas está orientado a resolver preguntas directamente ligadas con la toma de decisiones en los negocios, el empresario estará totalmente involucrado en su análisis:
- ¿Cómo usar la inversión de los socios, para adquirir o financiar equipo e inventario?
- Si se tiene que pedir un préstamo, ¿en dónde se pide?
- ¿Es mejor arrendar o comprar?
- ¿Cómo afectará a la rentabilidad de la empresa el uso del crédito?
- De las alternativas de inversión ¿Cuál es más rentable?
- ¿Cuándo empieza a ser negocio una inversión?
- ¿Cuánto debo vender para comenzar a tener ganancias?
- ¿Todos mis productos ganan los mismo?
En el ámbito financiero, existe otro concepto que no se debe olvidar y aprovechando el momentum y la relevancia que ha tomado la materialidad en el ambiente de recaudación, es importante hablar también de Transparencia. Es común encontrar malos consejeros que señalan los “beneficios” de no declarar todas las ventas y tampoco contabilizar las inversiones perdiendo el derecho a deducir depreciaciones. Estas personas aconsejan no pagar cuotas de seguro social y pagar “por fuera” a sus empleados quienes aceptan por necesidad, pero se desquitan mermando el negocio. Se vuelve muy difícil tratar de calcular un costo de ventas cuando no existen registros de mano de obra o materiales utilizados. Ante toda esta falta de registros, ¿Cómo analizar el impacto de posibles descuentos a clientes o el retraso en el cobro de facturas?
Es común encontrar empresas que viven en este caos y por lo tanto es imposible planear o hacer proyecciones para la toma de decisiones sin un registro real de ingresos y egresos. Amén de que no es posible acceder a financiamientos atractivos o atraer inversionistas cuando el registro contable muestra un negocio que prácticamente no gana nada.
A manera de conclusión, la necesidad de la comprensión e inmersión del empresario o director general en las financias del negocio es incuestionable, sin embargo, es importante encontrar un buen “coach” financiero que sea sensible a las necesidades y desafíos que presenta la operación de la empresa y pueda aconsejar de manera ética y certera el análisis práctico que el negocio necesita para identificar sus áreas de oportunidad y tomar acciones que impulsen el crecimiento de este.
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Artículo desarrollado por:
Sergio Sandoval
Experiencia en Desarrollo Organizacional y Operaciones
Sr Manager en Altregy, experiencia a nivel mundial en Operaciones y Recursos Humanos.
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